Sanlúcar es el paraíso único de la manzanilla y uno de sus máximos exponentes: Bodegas Barbadillo, desde 1821 referente de calidad y buen gusto.
Visitar sus bodegas y perderse sin querer es una aventura, descubrir rincones oscuros, mudéjar, neoclásico; toparse con viejas botas que como madres crían sus tesoros, maravillarse de patios recónditos y de nuevo la luz filtrándose entre el verde.
Espectacular bodega catedral, 4.000 botas de manzanilla. Oro líquido en una elegante y moderna copa, ese aroma inconfundible más intenso que nunca, mirar hacía arriba, bóvedas centenarias, calladas, silenciosas, relamiéndose de placer.
Espectacular bodega catedral, 4.000 botas de manzanilla. Oro líquido en una elegante y moderna copa, ese aroma inconfundible más intenso que nunca, mirar hacía arriba, bóvedas centenarias, calladas, silenciosas, relamiéndose de placer.
Querer probarlo todo, frizante, vino, Maestrante y por fin, de nuevo: Solear. Acompañarla con sus gambas, tocarle palmas y llevármela literalmente a casa, exactamente, mi peso en Manzanilla Solear.
Gracias Bodegas Barbadillo.
Barbadillo es sur y es mar. Es Cádiz y es viento de poniente. Es Sanlúcar y es tradición. Es bodega centenaria y es futuro.
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