De repente miré a la mesa y Shakira estaba olisqueando el platito donde estaban las rodajas de limones, la lima partida, la hierbabuena. Miró la copa y no pudo evitar acercarse para intentar lamerla. Dejé la cámara porque no era la primera vez que hacía algo parecido y acababa estampándola en el suelo. No era plan, estábamos en casa de nuestra amiga Albania y Dani, ellos tienen las copas justas, entre otras cosas porque nunca tienen tiempo de acercarse a comprar más.
Dani entró en el patio, después del trabajo se había pasado para pelarse. Era sábado a mediodía, el sol de Abril pegaba con fuerza en Santiponce. La vista se le fue directa a la copa. Refrescaba solo de mirarla. Era la primera vez que lo probábamos, lo traje de mi última visita a Bodegas Tío Pepe. Mi intención era comprar pale cream, que es un fino un poco más dulce, pero aquel era Croft a secas y lo que tenía allí era Croft Twist, de baja graduación alcohólica.
Recomienda la etiqueta de atrás echarle hielo, lima y hierbabuena, me resistía a hacerlo pero ahí queó. Leí en voz alta lo que ponía la etiqueta: "En su elaboración, Croft Twist integra el carácter del fino Croft, con los aromas elegantes de la flor de sauco, el frescor de la menta y las notas cítricas del limón, combinado con la pureza de las aguas de Lake District". Se hizo el silencio, Albania y Mario que estaban en la cocina con la otra botella, preparando arroz con soja, verduras y langostinos, se asomaron por la ventana sonriendo, con las copas en la mano y una mirada de complicidad.
No esperamos más y bebimos. Sonreímos nosotros también, aquello era algo nuevo, ni rebujito andaluz, ni inglés, ni mojito tampoco. Tenía entidad propia, con ecos de pale cream, pero más suave, puro Jerez.
Comenzamos con los aperitivos, falso cous cous de brócoli, le iba que ni al pelo, la combinación era perfecta. Y llegó el arroz con langostinos, cremoso, las botellas no se habían acabado, nos quedaba lo justo para disfrutar aquello, no queríamos otra cosa y vaya si valió la pena. Estábamos estrenando dos altavoces por bluetooth conectados al móvil, cada uno en un rincón del patio, tras unos macetones. Justo en ese momento la playlist de Spotify lanzó Just the wat you are, de Barry White. El tiempo se detuvo, armonía perfecta.
Su baja graduación 5,5%, no debe confiarnos, como pudimos comprobar posteriormente por sus efectos. Nos encantó y sorprendió a todos. A Dani lo descubrí entrando en la tienda online de González Byass, para hacer un pedido, ya le dije que también estaba en el Gourmet Experience y lo mejor es que es bastante económico.
Me encantó, pero aún sigo con las ganas de probar el Croft, será para la próxima.
Croft Twist en Tienda González Byass
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