En las Bodegas Álvaro Domecq, de Jerez de la Frontera, asistimos a la primera cata-maridaje entre vinos de Jerez y mantecados y polvorones de Estepa. En ella, 5 tipos de sherry se maridaron con 5 productos amparados por el Consejo Regulador del Mantecado y Polvorón de Estepa. Un evento incluido en la sexta edición de la International Sherry Week.
La apertura estuvo a cargo del presidente de la entidad jerezana, Álvaro Domecq Romero, que nos recibió con una visita por la bodega, explicando el proceso de maduración que siguen sus vinos para conseguir los sabores amparados por la Denominación de Origen “Jerez-Xérès-Sherry”.
La historia de las bodegas Álvaro Domecq, se remonta a 1850, año en que se funda Bodegas Pilar Aranda, que durante siglos se consolidó como uno de los productores de mayor calidad del Marco de Jerez. Pilar Aranda fue la primera mujer bodeguera del Marco de Jerez y la primera en ser elegida Capataz de honor de la Fiesta de la Vendimia.
Álvaro Domecq, conocido rejoneador y gran aficionado al mundo de los vinos de su tierra, se hace cargo de la mítica bodega en 1999, manteniendo el máximo respeto a esa tradición y al importante lugar que ocupaba la bodega.
La seña de identidad de bodegas Álvaro Domecq continúa siendo la apuesta por la calidad y el compromiso con la tradición jerezana, manteniendo una forma de trabajar que durante años ha dado algunos de los vinos más apreciados en mercados internacionales, especialmente el británico. Sin olvidar los vinagres, tuvimos la oportunidad de probar uno viejísimo de 1846, Napoleón.
Ana Real Figueroa, enóloga de estas bodegas, y José María Fernández, secretario del
Consejo Regulador de las IGPs del Mantecado de Estepa y el Polvorón de Estepa, comenzaron con
la cata-maridaje.
La primera opción de maridaje fue la del recién estrenado 1730 Fino en Rama y el Polvorón de
Estepa de Almendra. El fino procede de una cuidada selección de las 20 mejores botas de la solera
de fino de las bodegas Álvaro Domecq. Cuenta con 10 años de crianza biológica, con un equilibrio
entre el estilo punzante y salino de los finos, y la solvencia y redondez de sus años de crianza.
Por su parte, el polvorón de Estepa de Almendra, de forma ovalada y coronado con una fin capa de
azúcar glas, cuenta entre sus ingredientes con la canela, la almendra y el clavo.
Este maridaje fue resaltado tanto por la enóloga Ana Real como por el secretario del Consejo
Regulador de los Mantecados y Polvorones de Estepa. Una unión que puede parecer extraña pero
que todo el público apreció como más que interesante.
El segundo maridaje continuó en la gama 1730, pero esta vez el vino a degustar fue un Amontillado
de más de 30 años de envejecimiento. Tras la cata del vino, comenzó el maridaje con el Mantecado
de Estepa de coco.
El Amontillado presenta notas punzantes que recuerdan su crianza biológica. También posee notas
de almendras y madera, que maridan a la perfección con la suavidad, frescor y dulzura del mantecado
de coco.
En el ecuador de la cata llegaba el maridaje con uno de los archiconocidos de la bodega, oloroso
“Alburejo”. Es un vino de crianza oxidativa con aromas a nueces y avellanas, y profundas notas de
madera y vainilla. Seco y punzante en boca, cálido y aterciopelado, presenta notas de frutos secos y
madera con una larga persistencia y un largo final.
Por su parte, el producto estepeño a maridar con este oloroso fue también, uno de los sabores
típicos de la navidad, el Mantecado de Estepa de canela, el más tradicional de las variedades. Su
olor a canela tostada y ajonjolí hacen que sea el mantecado más fácilmente reconocible, siendo un
compañero habitual de sobremesas familiares.
Tanto Ana Real como José María Fernández coincidieron en que este maridaje era excepcional. Los
aromas a nueces, avellanas y las notas de vainilla del Oloroso se reafirmaban con el olor a canela
tostada y ajonjolí del mantecado de Estepa
En el cuarto maridaje, los protagonistas fueron el Pedro Ximénez y el mantecado de limón. El vino
a maridar fue “Viña 98”, un Pedro Ximénez de 4 años de crianza con exquisito sabor a pasas. Fue
maridado con el Mantecado de Estepa de Limón, un dulce navideño elaborado a base de ralladura
de limón. La piel del limón es usada para aromatizar, y al ser este cítrico un excelente saborizante,
añade al mantecado su genuino sabor.
Este maridaje es uno de los que menos sorpresa ofrecía, ya que el sabor dulce del Pedro Ximénez
invita a degustar un mantecado de limón, dulce pero con ese frescor que proporciona la ralladura de
limón.
Por último y para cerrar esta interesantísima cata-maridaje, otro archiconocido de la firma bodeguera
como el cream “Aranda” que se maridó con el Mantecado de Estepa de Aceite de Oliva Virgen Extra.
Los aromas punzantes y la gran intensidad aromática del Cream maridó a la perfección con el
Mantecado de Estepa de Aceite de Oliva Virgen Extra. Las ligeras notas a frutos secos, uvas pasas
y notas de madera, se unen a la tradición del mantecado que sustituye la grasa animal por Aceite de
Oliva Virgen Extra.
El evento fue organizado por Bodegas Álvaro Domecq y el Consejo Regulador de Mantecados y
Polvorones de Estepa, y coordinado por Urbanitas Magazine y Corazón Andalucía.
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